jueves, 15 de diciembre de 2016

Los Juicios (Segunda parte)

Cuando el dedo apunta hacia mí


En el artículo anterior hablamos de cómo y para qué creamos juicios hacia los demás, etiquetas, historias, que nos sirven para afrontar un futuro que desconocemos.

Hoy quiero profundizar sobre los juicios que hacemos sobre nuestra persona y que nos afecta en el  desempeño diario y en la actitud de cómo nos tomamos la vida.

Muchas de las creencias que manejamos de nosotros mismos son puertas cerradas, tapadas o clausuradas.
Imaginate que son como auto – amputaciones (si, leíste bien), vamos cortándonos posibilidades, ideas, talentos, ganas, alegrías, disfrute, placeres, tiempo, encuentros, relaciones...
Porque una vez no funcionó, no salió como esperábamos, por el gran miedo a: si se enoja, si me rechaza, si no me quiere como antes, si me miran, si no me miran, si fracaso, si triunfo...pensamos que nunca va a funcionar.

Y así, con historias livianas sobre quienes somos, nos alejamos de nuestros sueños, hasta que dejamos de tenerlos, y el corazón se oscurece de tristeza y amargura.
Uno se convierte en alguien opaco, sin brillo, y ese estado, invade cada rincón que toca.

Quiero que analicemos juntos dos frases o muletillas que he detectado en mi y en muchas personas, y que parecen operar como pasaporte a “seguir igual”, “no cambiar” “no mejorar” “estancarse”.

Primero, YO NO PUEDO, famosamente usada en las situaciones que nos aparecen como desafíos y nos invitan a salir de nuestra zona de comodidad.
Y pensemos que este no puedo, se dice desde la espontaneidad misma, no es algo que se analiza profundamente...no!; ante la duda Yo no puedo.

Cada vez que esta frase empuje por salir de tu boca preguntate:
¿Qué no podes? ¿Qué te hace pensar que no podes? ¿Cuándo fue la última vez que no pudiste? ¿Eran las mismas circunstancias que ahora? ¿Por qué crees que no pudiste en esa ocasión? ¿Qué pasaría si pudieras? ¿Cómo te sentirías? ¿Qué cambiaría? ¿Qué te impide intentarlo? ¿Qué es lo peor que podría pasar?

Segundo, YO SOY ASÍ, pensá que esta frasecita aparece en esos momentos cuando alguien te llama la atención sobre alguna actitud o comportamiento. Y no me estoy refiriendo a ser eléctrico, divertido, extravagante, original, creativo, amable, encantador...No!,hablo de esas maneras obtusas de ser que nos alejan de los demás.

Yo soy así, iracundo, mal hablado, inexpresivo, agresivo, caído, amargado, exasperante, busca pleito, chusma, inquisidor, abusivo, mal llevada,  contreras,  desconfiada, dramática, caracúlica, pendenciera, difamadora, fabulera, etcétera, etcétera.

Comencemos: ¿Cómo es ser así? ¿Qué implica ser así? ¿Cómo afecta a tu vida ser así? ¿Cómo son tus relaciones por ser así? ¿Disfrutas de ser así? ¿Cuáles son los pros y los contras se ser así? ¿Cuándo sos más así? ¿En qué momentos sos así? ¿Para qué crees que sos así? ¿Cómo te sentís siendo así? ¿Qué crees que cambiaría si no fueras así?

Los humanos nos referimos a nosotros mismos como seres definidos, hechos ya de tal o cual manera, y la verdad, que como el Universo mismo, estamos en constante cambio. Hoy ya no somos los de ayer, cada situación y vivencia nos afecta y modifica.

La llave del cambio la tiene cada uno en su poder, no está fuera de nosotros.
Una palabra, una mirada, un decir, un callar, un gesto, un pensarse mejor       ES POSIBLE, solo hay que tomar la decisión.


Gracias por leerme,,,y buen viaje!

Las creencias limitantes deben ser sustituídas por creencias posibilitadoras

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