viernes, 23 de diciembre de 2016

JUICIOS (tercera y última parte)


Miradas que suman

En esta ultima entrega me interesa hacer hincapié en las evaluaciones que hacemos de lo que ha sido nuestro año, en todos los órdenes de nuestra vida.
Me parece pertinente analizar esta manera de hacerlo que ya tenemos definida y cómo nos afecta; y también por que no? ,proponerlos una nueva mirada con un plus para sumarle sentido, sin restarle importancia.
Solemos tener una mirada de “bueno” o “malo” de lo experimentado en el año transcurrido, como una especie de mirada dicotómica, es blanco o es negro. Lo que hacemos es: elegir dos o tres eventos, y dejamos que esos representen y “tiñan” toda la mirada de todo lo vivido. Con lo cual, lo que terminamos generando es: negatividad, y lo que sucede inmediatamente es que nuestro ser en sus tres dimensiones (cuerpo, lenguaje, emocionalidad) toma como válido ese mensaje y lo adopta como propio, funcionando en congruencia con esa mirada.
Lo que digo, es que nuestro cuerpo va a reaccionar con malestar general; nuestro estado de ánimo acompañará a ese cuerpo con desmotivación, enojo, rencor; y nuestro lenguaje será de queja, arrepentimiento, hostilidad, y todo dicho que atente contra nuestra estabilidad y paz interior.
Lo que les propongo es, de esa situación que viví, que la he definido como negativa, ir un poco más allá, preguntándonos cuales han sido las enseñanzas que nos han dejado, porque ante un evento desafortunado, hay evaluaciones instantáneas y hay otras más profundas que se pueden hacer: con qué me quedo? Cómo actué? Cómo respondí? Qué cosas cambiaría en mi, a partir de esta experiencia? En qué puedo mejorar? De que me puedo dar cuenta ahora?

Mirar la experiencia como un capital invaluable para mi presente y futuro, porque de esa vivencia será de la

que yo saque partido si he aprendido la lección que trajo consigo.

Para redondear les regalo un hermoso cuento que pone de  manifiesto la mecanicidad con que a veces realizamos los juicios.

¿BUENA SUERTE? ¿MALA SUERTE? ¿QUIÉN SABE?

Una vieja historia habla del Chino Lee, un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día el caballo escapó hacia las montañas, para los vecinos de la comunidad eso era una desgracia, se acercaron al Chino Lee para condolerse y este les replicó: ¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?.
Unas semanas después el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos salvajes. Ahora el Chino Lee tenía muchos caballos. Entonces los vecinos felicitaron al labrador por su buena suerte. Este les respondió: ¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?. 
Tiempo después, cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos caballos salvajes, cayó y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto como una tragedia. No así el labrador quién se limitó a decir: ¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?.
Unas semanas mas tarde estalló la guerra, el ejército entró al poblado y fueron reclutados todos los jóvenes que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del Chino Lee con la pierna rota lo dejaron tranquilo. Los vecinos vinieron a felicitarlo por su buena suerte. Con su acostumbrada serenidad comenta: ¿Buena suerte? ¿Mala suerte? ¿Quién sabe?.

Todo lo que a primera vista parece un contratiempo puede ser una nueva oportunidad, evalúa detenidamente los eventos que se te presentan día a día de una manera objetiva, analizando sus pro y sus contras y no emitiendo juicios a la ligera.

Que estas navidades sean bendecidas con amor, paz y entendimiento.

¡F E L I C I D A D E S!

Todo lo que a primera vista parece un contratiempo, puede ser una oportunidad.

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