viernes, 28 de octubre de 2016

¿Cuando decir BASTA?

Límites claros para vivir en armonía
Poner límites es una de las actitudes de auto-respeto más difíciles de realizar para muchas personas. Y las razones son de diferentes índoles.
Los límites puestos a tiempo nos pueden ahorrar muchos dolores de cabeza, angustia y resentimiento.
Cada persona tiene una pirámide de valores y prioridades en su vida.
Estos valores rigen su conducta de tal manera, que su pensar, sentir, decir y hacer son congruentes con esas premisas. Si creo que ser puntual, por ejemplo, es una muestra de respeto; además de  llegar a horario, también esperaré que los demás cumplan. Y si no lo hacen me voy a molestar y reclamaré para que no vuelva a suceder.
Hasta ahí, tenemos una descripción de cómo sería una secuencia coherente entre el pensar, sentir y hacer.
Ahora, en el caso de que no pueda poner los límites, no exprese mi desacuerdo, me quede callado en mi sentir, la procesión ira por dentro. ¿Qué cosas me van a pasar?
  • Emperezamos a no escuchar nuestra voz interior
  • Transgredimos nuestro código interno de valores
  • La confianza en nosotros mismos disminuye
  • Nos frustramos, nos enojamos
  • No nos sentimos plenos
  • El Otro no se entera de lo que pensamos o sentimos
  • Los demás no me respetan ni me valoran
  • Sentimos que nuestro tiempo no nos pertenece
A estas alturas, la autoestima estará por el piso y necesitaremos recuperar el poder sobre nuestra vida.
La mejor manera de hacerlo es ponerse en contacto con uno mismo, en el transcurrir del día estar presente y atento de las situaciones que nos generan estrés o nos frustran, hacer pequeñas pruebas, empezar a compartir nuestro punto de vista con los demás y empezar a delimitar los SI y los No en cada relación.
Tampoco es cuestión de cerrarse herméticamente, sino de ser flexible pero “no negociar” con nuestros más importantes valores.
Para esto te recomiendo hacer un listado de las cosas que son importantes para vos, responsabilidad, respeto, compañerismo, etcétera, cada uno sabe cuáles son los valores que dominan su vida. Luego, de ese listado, elegí tres que sean innegociables y empezá por ahí, no te permitas ni a vos ni a nadie transgredirlos. De esa manera aumentará confianza y te permitirá ir tomando coraje para ser más congruente y genuinos con “tu forma de ser”.
¿Te pasa a menudo que te cuesta poner límites?
Permitite probar este ejercicio.

Cuando necesitamos decir Basta, nuestro umbral de tolencia ha sido sobrepasado.

jueves, 20 de octubre de 2016

Vivir preocupados

Habilidades para responder efectivamente

La cabeza nos explota, las preocupaciones se cuelan por las ventanas, por debajo de la puerta, hasta las respiramos!!! UFFF!!!!
El tiempo pasa volando, parece que las horas se esfuman y nos queda la sensación que si el día tuviera más de 24 horas tampoco nos alcanzaría...
Esta aceleración a veces impide que pensemos y actuemos asertivamente.
¿Has estado diciendo: “No puedo hacer nada”; “Yo soy así”; “Me vuelvo loco”; “Tengo que hacer esto”; “debo...”?
¿Alguna vez escuchaste hablar sobre ser Proactivo? ¡Pues todas las anteriores declaraciones no son una muestra de proactividad!
Cada uno de nosotros tenemos una larga lista de preocupaciones, cosas que tenemos en mente, como la salud de nuestros hijos (o familia), el trabajo, deudas, etcétera.
Si hiciéramos un círculo de preocupaciones y colocásemos cada cuestión que nos preocupa, al revisar esa lista, nos encontraríamos con que, sobre alguna de ellas, no tenemos ningún control real, y con respecto a otras, si podemos hacer algo.
Imagina ahora, un círculo más pequeño dentro del otro al que podríamos llamar circulo de influencia, en el cual están esas preocupaciones sobre las si tenemos control.
Identificando cuál de estos dos círculos es el centro alrededor del cual gira la mayor parte de nuestro tiempo y energía, podemos descubrir mucho sobre el grado de proactividad que manejamos.
Ser proactivo, significa no sólo tomar la iniciativa, los seres humanos somos responsables de nuestras propias vidas. Tenemos la iniciativa y la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan. Ser responsables es tener la habilidad de elegir una respuesta frente a cada situación.
Las personas proactivas centran sus esfuerzos en el circulo de influencia, su tiempo lo dedican a cosas con respecto a las cuales pueden hacer algo. Al centrarse en lo que tienen poder de cambiar o mejorar, ese circulo se amplía, su energía positiva aumenta.
Ahora te pregunto, ¿estas centrando tu energía en tus palabras, tus acciones, tus pensamientos, tus ideas?, o por el contrario: ¿te pasas el día preocupado por los defectos de los demás, los problemas de otros y las circunstancias sobre las que no tenes ningún control?
Con hacer un simple paneo por tus pensamientos, podrás observar en qué se te fue el día.
No hay nada más representativo de la realidad que un buen gráfico, por eso, más abajo te dejo uno para que puedas hacer el propio y hagas limpieza, y vistas de proactividad cada día!
Gracias por leerme, que tengas buen viaje.




Fuente bibliográfica: Stephen Covey, La gente altamente efectiva.



jueves, 13 de octubre de 2016

Importante Evento en Rosario

No te pierdas este inigualable Seminario que se dictará próximamente en la ciudad de Rosario.



La importancia de tener proyectos

Convertir los sueños en metas reales

 El psicólogo y escritor estadounidense Martín Seligman identificó tres niveles de felicidad:

 1) El placer que obtenemos a través de los sentidos: hacer aquellas cosas que nos den placer. Cine,   viajes, comidas, compras. Felicidad pasajera. Y está bien!, el peligro es creer que la fuente de la felicidad está solamente en obtener esos placeres.
2) Vivir una vida con compromiso: nos comprometemos con actividades que nos hacen usar o desarrollar nuestras habilidades: estudiar, leer un libro, tocar algún instrumento, bailar o planificar un proyecto que nos desafie. Tiene una gratificación más duradera. Se la compara con un estado de “fluir”, alegría por la que uno hace las cosas más allá de toda recompensa externa.
3) La vida con sentido: cuando nos ponemos al servicio de algo más grande que nosotros mismos, que le da sentido a nuestra existencia. Pertenecer a una ONG, por ejemplo.

Tomando esto como certero, me voy a basar en el segundo nivel para hablar sobre los objetivos o metas que tenemos en nuestra vida.
Si nos ponemos a pensar, estos son los que nos movilizan, lo que hacen que cada día nos levantemos con una sonrisa o una mueca. Los objetivos propuestos y en acción son los que más generan motivación, pues uno se siente con energía para ir en busca de aquello que desea y ya se planteó conseguir.

Ahora, ¿cómo hacerlo de manera eficaz para ir paso a paso y no abandonar en el intento?

Siempre que alguien me dice que no sabe cómo hacerlo, que no es bueno para esto o aquello, le propongo que mire hacia atrás, su pasado, y revise todas las veces que se propuso algo y lo logró, no importa lo grande o lo chico del proyecto; lo verdaderamente importante es habérselo propuesto, haber perseverado y trabajado para hacerlo y poder decir: ¡Si! ¡Lo logré!. Puede tratarse de un nuevo aprendizaje, cambio de un mal hábito, mejorar alguna relación, formar una familia, lo que sea que antes era una barrera y luego se convirtió en puente. Todos tenemos triunfos.

Lo primero que debemos preguntarnos cuando nos planteamos una meta es ¿por qué o para qué quiero esto?
Hay una razón íntimamente conectada con nuestra esencia que hará que esta pregunta sea respondida con fluidez (siempre y cuando sea nuestro verdadero objetivo).
Segundo, aquí ya definimos el qué de la cuestión; ¿Qué quiero lograr, cuándo lo quiero lograr (factor tiempo), y cuánto de eso quiero lograr? (Ej. Quiero comprarme un auto color x, modelo x, antes de x mes, de x año.)
En este punto, lo ideal es plantearse objetivos para cada una de las áreas de nuestra vida: tiempo libre, finanzas-dinero, relaciones-familia, salud-actividad física, comunidad-legado, trabajo-carrera, personal-nuevos aprendizajes. ¡Y es fundamental visualizarlos!
En tercera instancia, preguntarse cuales son las acciones que HOY puedo hacer para acercame a ellos, por ejemplo: escribirlos (potente herramienta que nos compromete y nos motiva con más intensidad).
En el camino del intento me va a pasar que muchas cosas no van a salir como las planeé, así que, como cuarto paso, debemos estar preparados para evaluar lo que no funciona y cambiar estrategias de acción a tiempo y sin dejar de tener claro hacia donde vamos y porqué lo hacemos.
Y no menos importante, por último, aprender a celebrar, cada acción, cada avance que hacemos, por pequeño que este parezca, siempre es un eslabón de la gran cadena que es el camino a la consecución de nuestros SUEÑOS.

¿Te animas a ponerte en acción?

¡Qué disfrutes tu propio viaje!


Para que los sueños se conviertan en meta, tienen que tener fecha de vencimiento.

viernes, 7 de octubre de 2016

Estados de Ánimo: Cuarta y última parte

Ser ambicioso
Los motivos de la acción

Hay palabras que en nuestra cultura están mal vistas, o contienen cierta carga negativa: “Sos un ambicioso”, “¡Qué ambiciosa es!”, y así muchas más expresiones que contienen nuestra interpretación de una palabra que no terminamos de entender.
El término ambición tiene connotaciones muy diferentes según los discursos históricos que predominen en las distintas comunidades.
Desde la perspectiva que voy a abordar, la ambición tiene que ver con la mirada que hacemos de una persona que ve posibilidades de acción donde otros normalmente no las ven, y por ello esa persona se compromete a realizar determinadas acciones en pos de una meta a alcanzar.
En criollo sería ver oportunidades donde otros no ven nada.

Cuando uno deja la resignación de lado, e intenta ir más allá de lo conocido, aunque tenga miedo, a pesar de la opinión de los demás, en ese instante, uno está actuando desde la ambición (motivación).
Vamos a graficarlo con un ejemplo: imaginemos que somos una persona sedentaria, a la que le cuesta horrores ponerse en movimiento, pero sabemos internamente (y por demostraciones científicas) que hacer ejercicio tiene múltiples beneficios y no sólo a nivel físico, sino en todos los planos de nuestra existencia.
Seguro que es más cómodo quedarse sentado frente a la tele o a la PC, pero cuál podría ser la motivación que nos empuje y nos saque de nuestro letargo?
En búsqueda de salud, de disfrute, de relajar la mente, de mejorar la circulación, de conocer gente nueva, de estilizar la figura, de salir del encierro; lo que sea!!!
Cualquier motivo es válido, siempre que sea el propio, sino no será posible la continuidad, la disciplina y el disfrute real de proceso de hacer y continuar.
Muchas veces escuchamos que la gente necesita que la motiven de afuera, que la incentiven...puede ser. Pero no hay nada más efectivo que la auto motivación.

Tomá nota de algunos puntos a tener en cuenta a la hora de auto motivarse:

  1. Desarrollar tu responsabilidad consciente: cada acción que ejecutas tiene una consecuencia.
  2. Hacé lo que te gusta: buscá y empezá por ahí.
  3. Ponete objetivos posibles: comenzá por objetivos exageradamente fáciles que sean imposibles no alcanzar.
  4. Positivizá tu experiencia: buscá grupos para compartir tu actividad, hacelo en casa o una versión on line de lo que elijas.

Esto es MOTIVACIÓN: Responsabilidad + Disfrute + Objetivos reales + Positividad

Recordá siempre, hagas lo que hagas: las primeras en aparecer serán las excusas (para no hacerlo).


Te sumás a motivarte con algo que quieras conseguir?

Tienes todo lo que necesitas para ser feliz.